martes, 22 de febrero de 2011

Regálame un sí

¿Sabes qué? Realmente, nunca me paré a pensar lo importante que eres para mí. Pensar en todo lo que hemos compartido. Los mordiscos que dejaron cicatriz y los abrazos que nos ha costado tanto darnos. Las noches en mi cama, pensando en el futuro, pensando en cómo serán nuestras vidas cuando no vivamos bajo el mismo techo. Las noches riéndonos hasta la mañana siguiente. Y las noches en las que me preguntabas cada 10 minutos si estaba dormida. Aquellas en las que te tiraba de la cama y tú me arrastrabas contigo hasta el suelo. Escribir información peligrosa y sueños en una libreta, la más importante que jamás tendré y que guardo en un sitio seguro. Sueños que algún día se cumplirán. Porque los dos haremos que se hagan realidad. De pequeños, odiábamos que nos dijeran que nos parecíamos. Y ahora, no podemos evitar sonreirnos cuando nos comentan que somos iguales. Me encanta mirarnos en el espejo del baño, quedarnos serios, y empezar a reirnos. Me gusta tu amago de nariz y me gusta que te rías de mi nariz de cerdito. Nunca me ganarás en los concursos de tartas. Pero siempre me darás palizas al pin pon. No sabes las ganas que tengo de que logremos estar una semana los dos solos en casa. Iba a ser una jodida locura. Revolcarnos por el prado las tardes de verano después de comer. Ir a la playa, subirme a tus hombros, medir tres metros y sentirnos dos ninjas. Enfadarnos. Discutir. Invitarte a un chupito. Que me abraces y que yo no te suelte. No te soltaría nunca. Que me mandes bajar el volumen a  Rock & Gol a las 8 de la mañana en el coche. Que te diga que quites esa balada, que me duerme. Porque nos encanta ver a tíos negros en traje y a sus hijos con pelo rizado y precioso. No me gusta admitirlo, pero me encanta que seas mi hermano y si tú te vas, yo voy detrás, siempre.

No hay comentarios: