domingo, 31 de julio de 2011

CANICAS

Me volvió otra vez el tema a la cabeza. Ya sabeis, los ojos, el halo de misterio, esas cosas. Fue verle y mirarme al brazo. Sí, pelos de punta. Peligro. Por una parte me vinieron recuerdos bonitos, pero por otra parte alguno no tan bonito. Ilusiones que se rompen. Bueno, más bien, ilusiones que te dan, ilusiones que más tarde se encargan de romperte, ellos mismos. Esa es la eterna paradoja. Pero no pasa nada, la herida ya está más que cicatrizada, sólo sufre peligro de abrirse cuando le veo y, como no tengo esa suerte casi nunca, pues mejor que mejor. Aunque, si me paro a pensarlo, no sé si prefiero que la cicatriz sea sólo una más en mi cabeza o que se abra, y que todos los sentimientos escondidos fluyan a borbotones de ella. Y que se vayan de mí, para centrarse en su mirada, en esa que me va a seguir poniendo nerviosa siempre, aunque no haya besos ni palabras bonitas de por medio... va a seguir siendo la voz que susurra en mi interior.

lunes, 25 de julio de 2011

Heridas de bala

Yo te lo diré. Es más abstracto que lo indescriptible. Es algo tan efímero que no puede durar más que un suspiro. Más complejo que la mecánica del des/amor. Es algo más que una sonrisa. Y puede que más que una lágrima. Es el zapato de cristal que se rompe en pedazos y el sapo que nunca es besado por su princesa. Es luchar por unos ideales, una fotografía que te cuenta mil historias, la última calada de nuestro último cigarro. Es un vicio que nunca será saciado, inconfesable. Es tener un motivo por el que vivir. Pero, sobretodo, tener uno por el que morir. Es abrazarse a alguien para siempre. Es coger la maleta y largarse lejos, muy lejos. Es darle un mordisco a la manzana envenenada y beber de la poción peligrosa. Es ver un rayo de felicidad en unos ojos que no han visto más que dolor. Es un frenesí, es una historia sin principio. Una melodía improvisada. Es no cantar al compás de la partitura. No hay poesía sin rebeldía. Es no buscar motivos. Es luna llena sin luna. Es el caos estructurado. Ojalá nuestras vidas fueran algo más que un vals que termina a medianoche.

lunes, 11 de julio de 2011

Almendras

A veces hace falta un texto de autoestima. Llamadme creida, pero no lo soy. Simplemente, de vez en cuando me gusta mirarme al espejo. Observarme y, decirme a mí misma que no estoy mal. No soy niguna belleza, pero me gusto. Me gustan mis ojos marrones-casi-negros, mi nariz respingona y mis labios carnosos. Me gusta mi pelo, pelo que no se sabe ni de qué color es, mi pelo largo, mi pelo con todas las puntas abiertas, mi melena de león. Tengo una espalda bastante ancha, pero me la pela. Me trae buenos recuerdos, la tengo por lo que hace no mucho fue mi vida; el judo. Amo la curva que va desde la espalda hasta el culo. Y sí, me gusta mi culo duro y respingón, otra cosa que tengo gracias al judo. Como mis brazos, que no estan flácidos, aunque lso tenga más grandes que algunos tíos. Es lo que tiene haberse metido tanto gimnasio. ¿Sabeis otra cosa buena de haber hecho tanto deporte? La barriga plana. Parece que me estoy echando halagos continuamente, pero me da igual. Ésto es lo que hay. Estoy orgullosa de mis piernas, también del judo. Orgullosa de no ser un cuerpo escultural. Orgullosa de mi talla 40. Orgullosa de mi 95-69-100. Pero, orgullosísima. Porque sé mejor que nadie, que si tu no te quieres, nadie te va a ver como tu quisieras que te vean. Y que si muestras a todo el mundo que estas encantada y segurísima de ser cómo eres, y tener el cuerpo que tienes, los demás te van a ver preciosa. En serio. Porque para ser preciosa no hace falta ser un bellezón, ni ser una creida. Basta con creer en tí como una persona que se va a comer el mundo día tras día.

sábado, 9 de julio de 2011

Trampolín

Una vez más, el destino me volvió a poner a prueba. O quizá no fue el destino, y es otra cosa, o pura coincidencia. No lo sé, el caso es que no caí y eso es lo que importa al fin y al cabo. La verdad, es que saltar vallas es divertido pero pasarte toda la vida saltando obstáculos sin poder disfrutar de ellos sería un poco aburrido. Igual algún día me equivoco adrede, para ver que pasa. Dejaré mi amor propio a un lado, y actuaré en contra de mis principios, para ver si las consecuencias son tan graves como yo pienso que pudieren ser. ¿Y si me sorprendo? Sería muy extraño, cómo él. Sigue siendo tan extraño. Debo decir que le sigo viendo menos de lo que me gustaría, pero es lo que hay, no pasa nada. Yo sigo entretenida en hablar horas y horas con la almohada. En preguntarle ''qué hubiese pasado si...''. Luego me doy cuenta que no he dejado ninguna pregunta sin respuesta. Porque en cierto momento me lancé de cabeza a la piscina. Y resultó que estaba medio vacía (más vacía que llena). Después de tanto tiempo tirándote a la piscina, el día que te atreves a hacerlo de cabeza, ella está medio vacía, con lo cuál tú pasas de tirarte más. Pero, ay amiga, qué razón tienes. El día que decides dejar de tirarte, ella se volverá a llenar de agua, pero quizá sea demasiado tarde, porque tú prefieres otra piscina, o eliges el océano...

miércoles, 6 de julio de 2011

Lágrimas de plástico

Supongo que podría escribir algo positivo y bonito, pero mi intención no es esa. Últimamente, paso de todo. Cada vez me importa menos todo. Dicen que no abraces a los que no te abracen, y que no pasa nada. Pero hay veces que has querido tanto a alguien, que... bueno. Que no te imaginas que esa persona tiene dos caras, o igual más. Me siento dolida. Se le quitan las ganas a uno de ser buena persona. No tengo ganas ni de pegar un puñetazo a la pared. Llegar a confiar tanto en una persona... ya me lo decía mi abuelo: ''no confíes ni en tu sombra''. Sin más. No me apetece volver a hablar sobre el tema.

martes, 5 de julio de 2011

Rot

Y diré que no me acuerdo nunca de tí. Seguiré repitiéndome que no mereces la pena. ''Que le jodan''. Pensaré que eres estúpido, y que tus ojos no tenían nada de especial. Que no eres misterioso. Que no me atrapas entre tu telaraña, que no me gustaría estar enredada en ella para siempre. Echo de menos estar a tu lado, pero no te pienses que voy a ser el sol que aparece cuando tienes frío y que se esconde cuando no lo necesitas. Todo menos eso, ya lo debes de saber. Ya no tiene tanta gracia, pero no me engaño; cuando te veo, haces que me entren ganas de matarte a besos, aunque esas ganas se vaya desvaneciendo poco a poco. No sé, supongo que la magia se va perdiendo de tanto fastidiar los hechizos.