domingo, 19 de junio de 2011

Mentiras piadosas

Ya no hay ojos de esmeralda, ni sonrisa de coral. Ya no escribiré más versos sobre su mirada, ni me pasaré más noches soñando que le veo dormir desde su ventana. Los finales, señoras y señores, siempre llegan. Tambien llegan los finales a las historias que nunca tuvieron principio. A algunos les puede parecer triste, otros se pueden poner a llorar como descosidos. Yo prefiero, como siempre, encontrarle el lado positivo a las cosas, y sonreirle a la vida. Qué más da. Será por ojos bonitos y por personalidades engatusadoras. Somos jóvenes, disfrutemos de la libertad. Permitámonos tener errores y reirnos de ellos. ¿Sabes qué? Ayer me tomé una cerveza a tu salud. No tuvo ningún sabor diferente, pero la disfruté más que nunca. Una vez más, me doy las gracias de no hacerme altas espectativas de este tipo de asuntos. Para acabar, os daré dos consejos. El primero, no os enamoreis nunca. El segundo, si os enamorais, no lo demostreis, hasta que tengais claro que la otra persona lo está de vosotros. Qué bien estoy, quién me lo diría... Si ya dice el poeta Sabina, que simpre se ha de llevar puesto un sombrero, por si surgiera la ocasión de quitárselo y hacer una reverencia. Hoy, me aplaudo a mí misma.

2 comentarios:

Raquel dijo...

yo sí que te aplaudo. estoy orgullosa de ti. mucho.

vicky dijo...

Por alguna extraña razón yo me quedo con lo amargo del principio de tu texto. El final, el final de ese algo que había veces que te hacía sonreír y otras veces que no tanto. Pero querida bolita, si tú estas bien con él y lo más importante de todo estas completamente orgullosa de él. Felicidades. Felicidades por comenzar una nueva etapa libre de cualquier estorbo. Y en ese caso yo también estoy orgullosa de ti. (L)