viernes, 10 de junio de 2011
Necesito medicinas
Siempre he querido escribir un poema. De lo que sea, supongo que de amor. La muerte es algo que me asusta. Lástima que las clases de Literatura no me hayan inspirado nada de nada durante el año. Saber poemas de Petrarca y de Shakespeare está muy bien pero, no sé, no les acabo de encontrar la esencia. En el primero, demasiada idealización, perfección de la amada, muy ñoño todo. En el segundo, un poco de todo, aunque al final acaba inspirándose gracias a los defectos de su querida dama, lo cual está bien. Yo quiero escribir poesía defectuosa. Sexo, música, y a lo mejor drogas. La mala vida. Los vicios inconfesables. Quiero hablar de tías con michelines, joder. Quiero que una puta tenga más consideración que una mujer de rostro pálido, labios de coral y ojos resplandecientes. La belleza está en lo imperfecto. Vomitar mi alma en cada verso, palabras incompletas y metáforas sin sentido. Mi miedo al hombre del saco, a los caracoles y a los desamores. Algo diferente, con lo que la gente se sienta identificada. ¡Todo el mundo puede escribir poesía! Qué más dan las reglas, ¿acaso la poesía no nació como una reivindicación? Ya decía un grande que no hay revolución sin poesía. Pues a ello. Coged lápiz y papel. Hola Musas sucias y oscuras. Adios idea generalizada de belleza.
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