miércoles, 8 de junio de 2011
Un tequila por cada duda
Pues igual sí, no sé. Me gusta llevar la contraria. Ser yo contra el mundo. Me gusta gritar cuando todo el mundo está en silencio. Darle la mano a alguien a quien nadie quiere ver. Me gusta dar oportunidades a quien según otros no las merece. Aver, me da igual que me digas que la espera no me va a servir de nada. Me es totalmente indiferente que insistas en que es un bicho raro, que no saldría bien. Es constructivo intentar las cosas. Quién sabe, igual, él, me agradece el día que se lo diga, me agradece que haya intentado luchar por él. Puede salir bien o puede salir mal. Pero se intenta. ¿Por qué? Porque no se pierde nada. Porque no se puede ser tan cobarde de no probar. Lo digo desde la experiencia. Te podrán tachar de lo que quieran pero jamás te reprocharán que no le echaste huevos. Claro que se te hace un nudo en el estómago. Claro que la situación es la misma que cuando haces puenting. Lo sé mejor que nadie. Pero, ¿qué narices? La vida está para eso. Para arriesgar. Márcate un farol, haz lo que quieras, pero no abandones en la última ronda. ¿Qué puedes perder? Igual te pasa como a mí en estas últimas semanas. Mi estado es, rollo ''vida tranquila y monótona''. Necesito algo que me ponga a prueba, algo que me haga elegir un camino, algo que me ponga los pelos de punta. Porque siento que estoy malgastando días de mi vida, que nunca podré recuperar. He de verle. Sólo necesito un minuto. Sesenta tristes segundos, quizá menos. Sé que suena estúpido, pero necesito liberar las mariposas que llevan meses revoloteando en mi estómago. Me da igual si me sale bien o me sale mal. Pero necesito tener, al menos, la oportunidad de jugármela.
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