lunes, 16 de mayo de 2011

4.37 am

Acababa de volver del pueblo de al lado, de pasar toda la noche bailando. Tenía que esperar a que la fueran a buscar. Abrochó todos los botones de su chaqueta, se sentó en un portal, sacó un cigarro del bolso y se puso a mirar las estrellas. Qué bonito era sentir la soledad de esa hora, qué tranquilo estaba todo. Se le estaban ocurriendo gran cantidad de cosas bonitas. Tanto que decir, tantos versos sin sentido, pero entrelazados por un mismo sentimiento. Palabras de amor se iban abriendo paso entre aquel remolino de ideas. No quiso 'tirar a la basura' toda aquella inspiración repentina. Rápidamente, sacó el móvil y se puso a escribir una nota, que decía tal que así:

                  ''Joder, manda narices. Soy feliz con sólo verte. Con sólo contemplar tus idílicos ojos. Tu rostro es tan hermoso que hasta el mismo Apolo se sorprendería de tal perfección. No puedo dejar de mirarte. Después de dos largos meses, echaba de menos tu sonrisa, tus labios, tu 'hola' y tu 'hasta luego'. Ojalá no me digas 'adios' nunca, no al menos hasta que te canses de verme escudriñar tus grandes pupilas. Prométeme que no te cansarás nunca de que te desnude con la mirada. Hagamos un trato: tú sólo dame una oportunidad, que yo haré el resto.''


(Ahora que me doy cuenta, la nota no tiene ningún tipo de sentido, pero, supongo, el frío, las cervezas y estar enamorada un sábado noche, hicieron que lo tuviera).

3 comentarios:

Raquel dijo...

me encanta. te imagino escribiendo eso en un portal. ¿sabes? yo creo que no dijiste nada, porque no era el momento, que cuando sea el momento adecuado, pasará lo que tiene que pasar (ya sabes qué es)

Unknown dijo...

GRAN BLOG :)

Unknown dijo...

Me encanta que la gente reconozca las grandes frases de Marley :)