sábado, 14 de mayo de 2011

Insectos

El otro día, me preguntaste que si era feliz. Yo sin vacilar, dije un 'sí' rotundo. No lo pensé ni un segundo. Más tarde, me puse a darle vueltas a la cabeza. ¿Por qué le dije que era feliz, si no tengo razones para estarlo? Eh eh eh. ¿Cómo que no tengo motivos para estar con una sonrisa permanente en la cara? Soy esttúpida, en todo caso tendría que encontrar razones para NO estarlo. No me falta nada: una buena familia, amigos que siempre están ahí... ¿Desafortunada en el amor? Afortunada en el juego. Puede que me toque la primitiva, ¿quién sabe? Es posible que tenga un pequeño vacío en el corazón. Ese tipo de rincón que no se puede llenar con otro contenido que no sea el indicado. ¿Amor? Sí, eso. Eso que no sé ni lo que es. Pero, ¿acaso alguien sabe realmente qué es el amor? Llamadme ilusa, no tengo ni la más remota idea. Claro que he sentido mariposas no, mejor otra cosa (las mariposas no me gustan) un cosquilleo en lo más hondo de mi interior. Claro que me han puesto la piel de gallina con una simple mirada. Claro que me han cogido de la mano y me han jurado amor eterno. Pero, como sigo siempre, las palabras se las lleva el viento. Y el amor es cosa de dos, y hasta que yo no sienta 'amor mutuo' por un periodo de más de un mes, no creeré en nada de eso. ¿Lo más irónico de todo? Sigo creyendo en tí.

1 comentario:

Raquel dijo...

menos mal que hay muchas cosas para tener una ronrisa en la cara, que si no apaga y vámonos. y el contenido adecuado es la única persona a la que no ves, o la única que pasa de tí. Cosas de la vida